domingo, 17 de julio de 2011

Capitulo 36.


Capitulo 36:
-Claro. Claro que te dejo. - Dije yo muy sonriente.
-Ven, acompañame. - Me cogió de la mano. Me llevó corriendo calle arriba, y diciendome que me diese prisa.
Trás una gran carrera, llegamos a su portal, abrió aquella puerta, sin soltarme de la mano, y empezamos a subir las escaleras de forma de caracol. Nos pusimos en frente de su puerta, y yo estaba esperando a que se atreviera a abrirla.
-¿Vas a abrirla? - La dije yo cuándo me dí cuenta de que no tenía ninguna intención de hacerlo.
-Bueno, podría. Pero creo que aún no sería conveniente. - Dijo el con tono irónico.
-¿Me has traído aquí? ¿A tu rellano para demostrarme que estas arrepentido de haberme tratado asi antes?
-No! - Dijo Dani riéndose. - Quería demostrarte lo bonito que es París de noche.
-¿Crees que en tu rellano es el sitio adecuado para eso?
-Bueno... - Dijo él dudoso. - podría ser, porque es bonito. Pero no, no es el sitio a donde quiero que pasemos la noche. Entra. - Dijo por fin abriendo la puerta.
-Gracias. - Añadí yo. Después, entré antes que él, me quité mi abrigo y lo colgué en el perchero. Todo estaba a oscuras, y al final del largo pasillo que comunicaba toda la casa, había una pequeña luz.
-Vete al final. - Dijo él.
-Perfecto. - Dije yo, andando despacio para no toparme con nada. Llegué allí, a la puerta del salón, que era lo último que se encontraba en el pasillo, y dónde estaban las luces. Procedían de unas velas aromáticas preciosas. El salón había cambiado completamente desde que yo horas antes estube allí. Había puesto el sofá lo más atrás que pudo en el salón, y todo lo demás lo había apartado, dejando sólo en el centro de la habitación una mesa para dos y unos platos de comida. Con dos copas en el medio y al lado una botella de cava. Las sillas estaban decoradas muy romanticamente, y el mantel iba a juego con ellas.
-Madre mia... - Dije yo. - ¿Otra vez con el plan romántico?
-¿Creías que el día de tu 18º cumpleaños iba a ser el peor? Pues estabas equivocada. Y solo te digo, que este paripé que e montado, tan solo es el principio de esta larga noche.
-Dani, mañana tengo clases. Mi primera clase...
-Tranquila. Nos dará tiempo a todo. - Dijo cogiendo mi mano y besándomela. - Por favor, señorita. - Dijo llevándome a la mesa y abriendo mi silla para que yo me sentase.
-Claro. - Dije yo.
-¿Qué te parece todo esto? - Preguntó el mientras servía el cava.
-No me puedo creer que te hallas tomado tanta molestia...
-Era lo menos que podía hacer... Lo siento por hacerte pasar tan mal cumpleaños... Si quieres preguntame lo que quieras. Te contestaré. - Después de que Dani dijera eso, mi cara se sorprendió. Me quedé unos segundos en silencio, y me atreví a contestar.
-¿Lo que sea?
-Claro.
-¿Me quieres tanto como dijiste en el video? - Dije con una sonrisa pícara.
-¿Tanto?
-Si... - Dije borrando la sonrisa.
-¿Tanto?
-Que si...
-Tanto se queda corto. Por una simple pantalla y por un video no te podría demostrar todo lo que siento por ti o todo lo que te quiero, te amo, te adoro... - Trás pronunciar esas palabras, mis ojos se llenaron de lágrimas.
-Oh, por favor, no llores. No quiero que se encharque esa preciosa cara que es la que me hace feliz.
-Yo... yo... yo no se que decir, Dani...
-No hace falta que me digas nada. Me conformo con que me des el beso más grande que jamás has dado.
-No. - Me negué.
-¿No? - Preguntó extrañado.
-Antes debo de darte una cosa. - Dije rebuscando en mi bolso, que éste no le dejé en el perchero. Saqué los colgantes.
-Valla... No se te ha olvidado... - Me dijo con unos ojos llenos de brillo.
-¿Crees que podría olvidar el 2 de junio? O mucho mejor, ¿crees que podría olvidarte a ti? - El cogió los colgantes. Se puso el suyo, y se levantó para ponerme a mi el mio.
-Ponte depie. No creo que así pueda. - Dijo antes de ponermelo.
Me levanté. Forcejeo con él hasta que se abrió. Después, me apartó el pelo del cuello, y me lo colocó. Lo abrochó y soltó mi pelo. Yo me giré para mirarle. De nuevo sentía esa mirada penetrante. La que me enamoró, la que soñaría por tener toda la vida cualquier persona. Y yo, la tenía, en frente de mí. Nos íbamos acercando cada vez más los dos. De nuevo, iba a vivir ese momento que tanto había deseado. Hacía cuatro meses que no le veía, pero mucho más que no le besaba. Necesitaba sus labios, necesitaba que su sabor se mezclase con el mio. Necesitaba que él y yo, fuesemos siempre, él y yo. Pero ese momento, no ocurrió en aquel sitio. Antes de nada, él interrumpió aquel momento.
-¿Cenamos? - Preguntó.
-Claro... - Aporté yo.
Fue una cena fantástica. No tenía palabras para describirlo. Hizo una comida que estaba deliciosa. Al fin y al cabo, mi cumpleaños había sido perfecto. Por ese justo momento. Jamás pensé que un día podría dar tanto de sí.
-Nora, ¿Quieres que vallamos a dar una vuelta por Paris? Ya que es la ciudad de los enamorados, quiero llevarte a una famosa torre... - Dijo Dani cuándo terminamos de cenar.
-¿Torre Eiffel puede ser? - Dije yo frotandome suavemente la servilleta por la boca.
-Esa misma.
-Está bien. Te ayudo a recoger todo esto y...
-Y... - Me interrumpió Dani. - Y... , nada. Vamonos, yo recogeré todo esto.
-Está bien...
Fuímos a la puerta, cojimos nuestros abrigos, y fuimos dando un gran paseo por esa preciosa ciudad, cuándo llegamos a ella. A aquella torre tan famosa. A aquella torre que adorna la ciudad del amor.
-¿Subimos? - Sugirió Dani.
-¿Estás loco? Está muy alto... - Dije yo no de acuerdo con lo que decia.
-Anda, no seas cobarde. Vamos. - Dijo empujandome del brazo.
Pasamos y subimos a lo más alto de la torre en el ascensor. Se veía todo Paris. Eran preciosas las vistas. Y lo más bonito de ese momento, fue que lo estaba viviendo con quien de verdad quería vivirlo, Daniel Gómez. El hombre de mis sueños.
-¿Estás bien? - Me preguntó Dani.
-Un poco nerviosa. Jamás habia subido a un sitio tan alto.
-No pasa nada. Yo estoy aquí, no te va a pasar nada. - Me dijo mientras me abrazaba.
En cuánto se abrió la puerta del ascensor, salimos los dos. Nos colocamos en una cristalera dónde se veía todo. El se puso en frente mia.
-Nora... te preguntarás porque te he traído aquí... y yo sé que no es fácil venir a otro país a estudiar, y mucho menos cuándo no conocías a nadie.
-Te conocía a ti. - Dije yo.
-Bueno, sí... pero yo creo que no es demasiado para armarse de valor y venir aquí.
-Lo es. Yo quería, si no, me hubiese quedado en España.
-Bueno... continúo... Creo que has demostrado que eres valiente, demasiado. Y bueno, te e traído aquí para que recordases todos los momentos que hemos vivido, y los que nos quedan por vivir. Buenos, y malos. Quiero que sepas que yo estudiaré y jamás volveré a ser aquel Dani "Cuatro" Seré un chico responsable y jamás me meteré en un solo lio. Te lo prometo.
-Está bien, está bien. - Dije yo. - ¿Y con todo esto quieres decir qué...?
-Que si me das otra oportunidad. Que si quieres que volvamos a ser tú y yo uno...
-¿Novios?
-Sí...
-¿Novios? - Volví a preguntar yo.
-Claro. Novios... - Dijo él nervioso. Su cara era un circo. Él no tenía ni idea de lo que yo iba a poder contestar.
Pincha aquí para ver esta foto.

1 comentario:

  1. Necesito el capítulo 37 yaaaa :3
    Muchas gracias por subir los caps <333

    ResponderEliminar