lunes, 25 de julio de 2011

Capitulo 38


Capitulo 38:
10 minutos más tarde, Susana me convenció a que fuesemos a dormir. Era tarde y al día siguiente era mi primer día de clase. Subimos, abrimos la puerta, y nos fuimos a la cama.
-A despertarse señorita! - Dijo Susana.
-¿Ya? ¿Tan pronto?
-Claro! ¿Que hora te piensas que es? Es que anoche nos acostamos muy tarde...
-Está bien. Está bien. Ya me levanto.
-El desayuno está encima de la mesa, te he echado zumo de naranja, pero por si acaso no te gusta, la leche está en el frigo. Yo me voy ya, que me han dicho que hay una camisa de la muerte en la tienda de aquí al lado, y como me la quiten, me muero. Adiós, nos vemos en clase! - Después de ese largo discurso que me ofreció Susana nada más abrir los ojos, me digné a levantarme. En ese mismo instante en el que pisé el suelo, cerró la puerta de un portazo mi compañera. Me miré en el espejo que tenía en frente de mi cama, cerré un poco los ojos, pero no alcanzaba a ver con claridad, entonces, decidí acercarme más al espejo.
-Menudos ojos tienes. - Oí detrás de mí. Me giré, era Álvaro.
-Buenos días a ti también. - Dije con bastante sarcasmo.
-Ah, si. Buenos días. Vente a desayunar, queda menos de una hora para que las clases empiezen, y no creo que te venga bien llegar tarde tu primer día... Los profesores son muy injustos...
-Está bien. Iré a la ducha, y luego me iré a desayunar.
Dicho y echo. Me fuí a la ducha y después fuí a desayunar. Estaba delicioso el desayuno que había preparado Susana.
-Ya estoy aquí! - Hablando de la reina de roma.
-Hombre! Susana! - Dijo Álvaro. - Bueno chicas, me voy ya a clases. Adiós.
-Adiós... - Dijo bajando el tono Susana. Entró directa al baño. Yo ya estaba cojiendo el bolso para también salir de el piso.
-Susana, me voy. - Dije.
-Vale! Luego nos vemos! - Dijo gritando.
Abrí la puerta, y esperé al ascensor, que ni siquiera sabía de su existencia. Al abrirse esas dos puertas azules que tenía, ví algo que me sorprendió.
-Buenos días princesa. - Era Dani, con una flor. Mi cara se transformó.
-Mejor me voy por las escaleras. - Dije señalando a éstas.
-Pensaba que tu reacción iba a ser totalmente diferente.
-¿Qué haces aquí?
-Somos novios ¿Recuerdas?
-Yo... Lo siento Dani... No puedo ser novia de una persona que sólo me usa para los recados personales. Para eso mejor vete con Marta, que lo hará mucho mejor que una puta novata. - Me giré y iba intencionada a bajar las escaleras.
-Eh, eh, eh - Dijo Dani agarrandome el brazo. - ¿Y esto? ¿Qué coño dices?
-Dani, enserio. No quiero ser tu muñequita inchable. He venido aquí a estudiar, punto.
-Nora... enserio... ¿Qué te has tomado? No entiendo nada...
-Por si acaso no pillas la indirecta. Hemos roto. Y ahora, suétame. Llego tarde. - Hice un movimiento brusco con mi brazo para que Dani me soltara. Lo conseguí. Me quedé mirandole fijamente y me bajé las escaleras. Pero cuándo iba a abrir la puerta del portal, me encontré de frente a Marta. Mi cara se transformó peor que cuándo había visto a Dani.
-¿Tengo monos en la cara? - Me dijo ella
-Creo que eso se quedaria corto para adornar tu cara, cariño.
-La tuya no tiene adorno, ni arreglo.
-No hace falta, la tengo preciosa, ¿ves? - Dije señalandome la sonrisa.
-Nora, ¿Que....?
-¿Qué? ¿Ya tienes que tener detrás a tu noviete? ¿Para que te defienda? - Después de decir eso, Marta se rió.
-No se de que vas tía. No sé de que coño vas, enserio. - Dijo Dani a Marta. Después, se la quedó mirando y me evitó y fué a salir por la puerta, dando un golpe con el hombro a Marta. Ella se le quedó mirando con cara de perro.
-Me voy, no quiero estar con niñatas consentidas. - Me dijo.
Después se fue. Me quedé en estado de shok unos minutos. No podía llegar a alcanzar toda esa locura que acababa de pasar. Tan solo eran las 8 menos cuarto de la mañana. Faltaban 15 minutos para empezar la clase, mi primera clase.
-¿Qué haces aquí? Pensé que ya te habías ido. - Era Susana. Gracias a ella conseguí salir de aquel estado.
-Me iba a ir cuándo un numerito me ha interrumpido...
-¿Has dejado a Dani?
-Sí... No quiero estar con una persona que solo me considera su muñeca inchable. Por mucho que le quiera. Todo ha terminado.
-Piensa que has venido aquí por él.
-No! He venido aquí para estudiar. Y entre otras cosas, por él, pero ya está!
-No te desmientas. - Dijo mientras saliamos del portal y nos dirigiamos al edificio donde estudiaría. - Quieres a Dani, aunque te use de muñequita inchable, o aunque esa niñata se te ponga delante de él.
-No, Susana. No. Paso de él y de todo lo que tenga que ver con su vida asquerosa.
Llegamos a aquel edificio. Parecía un colegio antiguo, pero parecía que iba a estar bien. Comenzamos a atravesar pasillos.
-¿Y le vas a decir algo de su hermano? - Me preguntó Susana.
-Le echaré la carta en el buzón. No creo que sea conveniente que yo le cuente nada.
-Haces bien. - Después de eso, miró a la puerta. - Esta es nuestra clase, añadió.
Entramos y había un ambiente bastante bueno. Había pupitres de dos, y una clase bastante corriente.
-Ven, mira. - Me dijo Susana cogiendome del brazo. Me llevó a un panel. Empezamos a mirar y nos informamos de sitios interesantes para conocer en París.De repente, una chica se acercó a nosotras.
-¿Tú eres Nora? ¿La nueva?
-Sí. Soy yo. ¿Por qué?
-Hay un hombre en el pasillo que te busca.
-Voy a ver quien es, ahora vengo Susana.
-Está bien.
Andé esquivando las mesas. Me asomé a la puerta y busqué con la mirada a ver quien podría ser. De repente algo se iluminó en aquella persona. Me había quedado pálida. Desde luego era hoy el día de impactos. ¿Qué hacía él aquí?
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