martes, 28 de junio de 2011

Capitulo 3O.


Capitulo 30:
Estaba en el mismo sitio que estaba cuándo se fue Samu. Mis pies estaban inquietos. Necesitaba leer la carta, pero no sé si podría.
Preferia que no, por si acaso metía la pata.
Para olvidarme un poco de aquel tema, decidí salirme a dar una vuelta por el centro comercial. Necesitaba comprarme ropa para Francia.
Salí a la terraza para ver que tiempo hacía, y ví que hacia un poco de frío.
Abrí el armario y saqué un conjunto... Ese conjunto, que llevaba como complemento el pañuelo que me regaló Dani. Lo saqué. De nuevo empecé a olfatearlo y decirme a mi misma "Nora, en una semana lo ves... Has aguantado 4 meses, ¿por qué no una simple semana? ¡Tú puedes!
-Yo puedo. - Dije en alto.
-¿El qué puedes, hija? - Era mi padre.
-Eh... No, nada, nada. - Dije escondiendome detrás el pañuelo.
-¿Que tienes ahí?
-Nada...
-Nora...
-Que no es nada, papá.
-Enseñamelo, no pasa nada.
-Que no papá, hazme caso. - Él estaba tirando de el pañuelo para quitarmelo de las manos. - Papá, suéltalo. - Se olló un sonido a roto. Saqué el pañuelo. Estaba partido por la mitad. Mis ojos se llenaron de lágrimas.
-Hija yo...
-Fuera... - Dije yo cabreada.
-De verdad yo... yo...
-FUERA DE MI HABITACIÓN, JODER. - Dije gritando y con una gran impotencia encima.
-Estupendo... Joder, joder, joder...
Me tiré al suelo. Lloraba desconsoladamente... Al rato de eso, sonó mi móvil. Estába encima de mi cama. Estube luchando con mi alfombra para desenrollarme. Hasta que al fin, la palma de mi mano, después de buscar sobre la cama,consiguió coger el móvil.
-¿Sí?
-Hola nena. ¿Qué quería ese inútil por la mañana?
-Anda, Vane... no, no quería nada. Sólo... sólo pedirme disculpas.
-Puaf, que imbécil. Oye nena, he pensado en ir de compras, ¿me acompañas?
-Eso quería hacer yo...
-¿Querías? - Me preguntó. Empecé a hacer sollozos. - ¿Nora? ¿Estas ahí?
-Mi padre me ha roto el pañuelo que me regaló Dani...
-Oh, nena. ¡Venga! Seguro que no es para tanto.
-Ven a mi casa, y lo compruebas.
-De acuerdo. Espérame, en 5 minutos estoy allí.
-Vale!
Colgamos y me bajé a la cocina a beber un poco de agua. Estaba sedienta de tanto llorar. Eché el vaso en el lavabo y llamaron a la puerta. Era Vane.
-Cuánto tiempo nena.
-Y que lo digas...
-A ver, enseñame que podemos hacer con ese pañuelito.
-No se puede hacer nada, Vane. Está destrozado... - Me puse a llorar.
-¿Pero por qué lloras? Piensa que en una semana le ves, y fuera lo demás.
-Es que no es que se me halla roto. Es que me jode como no sabes, que halla sido mi padre... De mi madre, lo entiendo. Pero, ¿de mi padre?
-Abrá sido sin querer, tonta. Anda, prepárate, y vamos a comprarnos ropa.
Cojí la chaqueta de el perchero de al lado de la puerta y salimos hacia el centro comercial.
-Y... segura entonces, ¿no?
-Sí. Segurísima.
-¿De qué estás segura? - Dijeron detrás de mí. Era Pablo.
-Anda, ¡PABLO! - Gritó entusiasmada - ¡Pablo...! - Volvió a decir un poco más bajo, y dirigiendose a mí... - Parece que llega en el momento oportuno, ¿no? - Me susurró.
-Calla. - La dije. - Esto... ¡Hola Pablo!
-¿Adónde te vas?
-Me voy a Francia... a estudiar periodismo... - Le dije.
-¿A qué es tonta? - Dijo Vane.
-Es... es... es... - Pablo estaba entrecortando palabras. ¿Qué querría decir?
Pincha aquí para ver esta foto.

~ No olvidéis comentar y visitar mi página web ;)
polosopuestosalmasgemelas.jimdo.com/

2 comentarios: